Se comenzó a informar de alergias a
los alimentos en Europa a principios del siglo
XX, y desde la década de 1940, las alergias
a los alimentos han sido reconocidas por los
médicos en todo el mundo.
Hasta dos
millones, o el 8% de los niños en los
EE.UU. se estiman afectados por alergias a
los alimentos, y hasta un 2% de los adultos.
En el caso de una
verdadera alergia a los alimentos, el sistema inmunológico de una persona
reaccionará a un alimento comúnmente inocuo. Esto lo causa un
anticuerpo alérgico llamado IgE (Inmunoglobulina E), que se halla en
las personas con alergias. La alergia a los alimentos a menudo aparece en las
personas que tienen parientes con alergias, y pueden ocurrir síntomas
después de que esa persona alérgica consume incluso una mínima
cantidad de alimento.
La intolerancia a los alimentos se confunde
a veces con la alergia. La intolerancia a los
alimentos se refiere a una respuesta física
anormal a un alimento o aditivo alimentario que
no es una reacción alérgica. Difiere
de una alergia en que no se relaciona con el
sistema inmunológico. Por ejemplo, una
persona puede tener síntomas abdominales
molestos después de consumir leche. Esta
reacción es causada probablemente por
una intolerancia al azúcar de la leche
(lactosa), en que la persona carece de las enzimas
para descomponer el azúcar de la leche
para su digestión correcta. Su especialista
en alergias puede ayudarle a determinar la diferencia
entre intolerancia y alergia.
Los alérgenos de los alimentos (es decir,
aquellas partes de los alimentos que causan las
reacciones alérgicas), son generalmente
proteínas. La mayoría de los alérgenos
todavía pueden causar reacciones incluso
después de haber sido cocinados o digeridos.
Se han estudiado numerosas proteínas de
alimentos para establecer el contenido de alérgenos.
Los alérgenos de alimentos más
comunes, responsables de hasta el 90% de todas
las reacciones alérgicas, son las proteínas
de la leche de vaca, los huevos, los cacahuetes,
el trigo, la soja, el pescado, los mariscos y
las nueces de árboles. Todos los alimentos
provienen de alguna planta o animal, y se agrupan
en familias dependiendo de su origen. Los cacahuetes,
frijoles de carete, frijoles colorados y habas,
así como los frijoles de soja son algunos
de los miembros de la familia de las legumbres.
Los espárragos, cebollinos, ajo y cebolla
son, sorprendentemente, miembros de la familia
de los lirios. Una persona alérgica a
un miembro de una familia de alimentos puede
ser alérgica a todos los miembros del
mismo grupo. Esto se conoce como reactividad
cruzada, algunas personas alérgicas a
los cacahuetes y a las nueces, que son de distintas
familias de alimentos; estas alergias se denominan
alergias coincidentales, porque no se relacionan
entre sí.
Dentro de los grupos animales de alimentos,
la reactividad cruzada no es tan común.
Las personas alérgicas a la leche de vaca
pueden generalmente comer carne de res, y los
pacientes alérgicos a los huevos pueden
generalmente comer pollo. Las personas alérgicas
a los huevos comúnmente reaccionan sólo
a las proteínas de la clara de huevo.
Sin embargo, dado que es imposible evitar completamente
la contaminación cruzada entre yema y
clara, deben evitar los huevos totalmente.
Síntomas de reacciones alérgicas
a los alimentos
La reacción alérgica más
común de la piel a un alimento es la urticaria.
La urticaria consiste en zonas rojas hinchadas
de la piel, que pican mucho y que pueden surgir
repentinamente y desaparecer rápidamente.
A menudo se presentan en agrupaciones, apareciendo
nuevos grupos al desaparecer otros. La urticaria
puede ocurrir por sí sola o con otros
síntomas. La dermatitis atópica
o eczema, una enfermedad de la piel que se caracteriza
por picazón, descamación y color
rojo, puede desencadenarse por la alergia a los
alimentos. Esta reacción a menudo es crónica,
manifestándose en personas con antecedentes
personales o familiares de alergias o asma. Los
síntomas del asma, una enfermedad crónica
caracterizada por el estrechamiento de las vías
respiratorias y la dificultad de respirar, puede
desencadenarse por la alergia a los alimentos,
especialmente en el caso de niños y bebés.
Los síntomas gastrointestinales de alergia
a los alimentos incluyen vómitos, diarrea
y calambres estomacales y, a veces, una irritación
roja alrededor de la
boca, picazón e hinchazón alrededor
de la boca y garganta, náuseas, dolor
de estómago, hinchazón del estómago
y gases.
Es común en los bebés tener reacciones
no alérgicas temporales a ciertos alimentos,
especialmente frutas, leche de vaca, clara de
huevo, cacahuetes y trigo. Los síntomas
pueden incluir una irritación alrededor
de la boca, debido a los ácidos naturales
en los alimentos como los tomates y las naranjas,
o la diarrea debida a exceso de azúcar
en el jugo de frutas u otras bebidas. Sin embargo,
otras reacciones pueden ser alérgicas
y pueden ser causadas por mínimas cantidades
del alimento problemático cuando se ingiera
de nuevo. Al ir creciendo, algunos niños
pueden tolerar comidas que antes causaban reacciones
alérgicas, con la excepción de
las alergias a los cacahuetes y nueces de árboles.
Un especialista en alergias debe realizar exámenes
periódicos de estas alergias probando
con los alimentos adecuados.
Reacciones alérgicas graves
En
casos graves, consumir un alimento al cual uno
es alérgico puede causar una reacción
de vida o muerte llamada anafilaxis. Esta consiste
en una reacción alérgica sistémica
que a veces puede ser fatal. Las primeras señales
de la anafilaxis puede ser una sensación
de tibieza, sonrojo, hormigueo en la lengua o
una irritaci ón roja con picazón.
Otros síntomas pueden incluir sensaciones
de mareo, respiración entrecortada, fuertes
estornudos, ansiedad, calambres estomacales o
uterinos y vómitos y diarrea. En casos
graves, los pacientes pueden experimentar una
baja de presión arterial que ocasione
una pérdida de conocimiento y shock. Sin
el tratamiento inmediato, la anafilaxis puede
causar la muerte.
Los síntomas de anafilaxis se invierten
mediante el tratamiento con epinefrina inyectable,
antihistamínicos y otras medidas de urgencia.
Es indispensable que toda persona con síntomas
que sugieran posible anafilaxis obtengan tratamiento
inmediato.
Intolerancia de alimentos y reacciones
a aditivos
Las reacciones de intolerancia
de alimentos generalmente son causadas por
factores en la dieta y no por proteínas alérgenas
en la comida. Tal como ya se mencionó,
una de las intolerancias más comunes es
la de la lactosa. Pueden desencadenarse otras
reacciones de intolerancia a los alimentos con
sustancias químicas similares a los fármacos
en algunos alimentos. Los síntomas pueden
incluir nerviosismo después de consumir
aditivos químicos presentes en quesos
y chocolates, o diversas reacciones adversas
a agentes químicos y preservantes que
se añaden a los alimentos, llamados aditivos
alimentarios. Entre los aditivos alimentarios
más comunes que pueden causar reacciones
en personas sensibles cabe mencionar el aspartame,
los benzoatos, BHA y BHT, colorantes FD&C
amarillo No. 5 y rojo No. 3, glutamato monosódico,
nitratos y nitritos, parabenos y sulfitos. Las
verdaderas reacciones alérgicas a los
aditivos alimentarios son muy poco frecuentes.
La mejor manera de manejar la sensibilidad a
los aditivos alimentarios es aprender cuáles
son los alimentos que contienen ciertos aditivos
y evitar los que causan problemas. Su especialista
en alergias puede ayudarle a identificar los
alimentos para que usted pueda eliminarlos todo
lo que sea posible de su dieta.
Diagnóstico
Un especialista
en alergias es el profesional mejor calificado
para diagnosticar alergias a los alimentos. El
diagnóstico requiere
una evaluación minuciosamente organizada
y detallada. En primer lugar, el especialista
establecerá los antecedentes médicos
completos, y luego realizará un examen
físico. El especialista averiguará la
frecuencia, temporada, gravedad y naturaleza
de los síntomas, y la cantidad de tiempo
que transcurre entre comer un alimento y alguna
reacción.
Los exámenes dérmicos de alergias
pueden ser útiles para determinar cuáles
alimentos, en caso de haberlos, desencadenan
los síntomas alérgicos. En los
exámenes dérmicos, se coloca una
pequeña cantidad de extracto líquido
fabricado con el alimento en el dorso del brazo.
En un examen llamado examen del pinchazo, se
pasa una aguja a través del líquido
en la capa superior de la piel. Durante el examen
del rasguño, se hacen pequeños
rasguños a través del líquido
y la capa superior de la piel. Si el paciente
desarrolla una roncha o pequeña urticaria,
dentro de 20 minutos, esta respuesta positiva
indica una posible alergia. Si el paciente no
desarrolla una roncha, el examen es negativo.
Es raro que alguien con un examen negativo de
la piel tenga alguna alergia a alimentos con
IgE. Los exámenes dérmicos no resultan útiles
cuando se sospecha de sensibilidad a alimentos
simples como azúcares o aditivos alimentarios
químicos.
En ciertos casos, tales como eczema grave en
todo el cuerpo, no puede realizarse un examen
alérgico. Su doctor puede también
usar exámenes sanguíneos, llamados
exámenes RAST o CAP-RAST, para diagnosticar
alergias a alimentos. Para el diagnóstico
de alergias a leche, huevo, cacahuete o pescado,
puede ser más útil el examen CAP-RAST
que los exámenes dérmicos. Sin
embargo, pueden producirse resultados positivos
falsos tanto con exámenes dérmicos
como con exámenes sanguíneos de
alergias alimentarias. Las pruebas de alimentos,
descritas a continuación, se requieren
a menudo para confirmar el diagnóstico.
El especialista en alergias también puede
sugerir que el paciente mantenga un diario de
comidas, que consiste en un registro detallado
que enumera los alimentos comidos, la fecha,
hora y cualquier síntoma que ocurra después
de comer. Cuando se sospecha de una alergia a
un solo alimento, el especialista puede recomendar
eliminar algún alimento por un tiempo.
Si se alivian los síntomas, el especialista
puede añadir el alimento a la dieta una
vez más para determinar mejor si causa
una reacción (sin embargo, nunca se hace
esto si el paciente tiene antecedentes de anafilaxis).
Si cabe alguna duda sobre el diagnóstico
de alergia a los alimentos, el especialista en
alergias puede recomendar una prueba de alimento
o aditivo alimentario “a ciegas”.
Estas pruebas se realizan en el consultorio del
especialista o, a veces, en el hospital bajo
estrecha observación.
Generalmente, el alimento sospechoso o un alimento
natural, llamado placebo, se administra al paciente
en cápsulas incoloras, o en una mezcla
o budín no alergénico. Ni el paciente
ni el doctor saben si el alimento sospechoso
o el placebo es el que se consume. Esto se llama
prueba “doblemente a ciegas.” Cuando
se realizan correctamente, estas pruebas son
muy confiables para establecer concretamente
una relación de causa y efecto entre un
alimento y un síntoma alérgico.
Tratamiento
-
Evite el alimento.
La mejor manera de tratar la alergia a un alimento
es evitar los alimentos específicos
que desencadenan la alergia.
-
Pregunte por los
ingredientes. Para evitar comer un alérgeno “oculto” con
las comidas fuera de casa, las personas alérgicas
deben consultar sobre los ingredientes al comer
en restaurantes u otras casas. Lea las etiquetas
de los alimentos.
-
Es importante leer las
etiquetas de los alimentos detenidamente y
familiarizarse con los nombres técnicos
o científicos
de los alimentos. Por ejemplo, la leche puede
no aparecer como ingrediente en una etiqueta;
pero la etiqueta puede indicar la presencia
de caseína (una proteína de la
leche), caseinato de sodio o sólidos
de leche. A veces el trigo aparece como gluten;
en forma similar, la clara de huevo a menudo
aparece como albúmina. Las agencias
gubernamentales han estado trabajando para
mejorar el etiquetado de ingredientes alimentarios
para que los consumidores alérgicos
a ciertos alimentos pueden determinar más
fácilmente cuáles
alimentos pueden tener que evitar.
-
Prepárese
para emergencias. Las reacciones anafilácticas
causadas por las alergias a los alimentos pueden
ser potencialmente de vida o muerte. Las personas
que han sufrido la anafilaxis deben evitar
estrictamente la comida que desencadenó la
reacción. Quienes
tengan alergias graves a los alimentos pueden
tener que llevar consigo y saber cómo
usar la epinefrina inyectable y antihistamínicos
para tratar reacciones debidas a la ingestión
accidental. Deben usar también un brazalete
identificador que describa la alergia. Si tiene
una reacción anafiláctica después
de comer algún alimento, es indispensable
que alguien lo lleve a la sala de urgencia
más
cercana, aun cuando los síntomas se
alivien. Para el diagnóstico y tratamiento
correctos, asegúrese de obtener atención
de seguimiento de un especialista en alergias.
Actialización: Julio 2010
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