Una alimentación adecuada durante el
embarazo, es fundamental para tu salud y la
de tu hijo, pero se puede transformar en muy
perjudicial para éste si engordas demasiado,
así como que la ganancia de peso sea
insuficiente.
El embarazo implica un aumento
de los requerimientos nutricionales, esto significa
un aumento del consumo de energía, (llamado
aumento del índice metabólico basal)
junto con el aumento de los principios nutritivos,
vitaminas y minerales.
De todos modos esto no supone un consumo exagerado
de los alimentos, y mucho menos del aumento en
el consumo de hidratos de carbono a pesar de que
muchas mamás experimentan mayor apetito
o selectividad para ciertos alimentos.
El
peso materno
La ganancia de peso promedio ideal al final del
embarazo es (entre la semana 38-42) de 11 Kg.
Según el Comiteé on Maternal Nutrition
the Nacional Research Council 1989, con una ganancia
de 1 Kg durante el primer trimestre y 400 gr por
semana a partir del segundo trimestre.
Esto se debe a que comienzan a formarse nuevos
tejidos, órganos y se desarrolla el futuro
bebé.
Es importante que durante este período
recibas una correcta alimentación con el
fin de evitar complicaciones y favorecer el curso
normal de tu embarazo y crecimiento intrauterino.
Una ganancia de peso escasa, es decir inferior
de los 9 Kg, puede afectar negativamente el embarazo,
en el sentido de tener como resultado un niño
de bajo peso al nacer (menos de 2,5 Kg).
Estudios realizados ponen
de manifiesto la existencia de una relación
entre la malnutrición fetal y las alteraciones
en el peso y talla de los recién nacidos
que reciben insuficiente aporte de nutrientes
durante el período de gestación,
a través de un déficit en la alimentación
de la madre. Es imprescindible motivar a las mujeres
delgadas a aumentar de peso durante el embarazo,
más que las mujeres de peso normal. Es
decir, que si mantienes tu peso entre los límites
normales (9 y 12 Kg) integrarás el cuerpo
de embarazadas con menos incidencia de padecer
eclampsias, prematurez y bajo peso del recién
nacido.
¿Cómo
debería ser esta ganancia de peso?
Como hemos mencionado, la distribución
adecuada de la ganancia de peso es de 1 Kg a lo
largo del 1er. trimestre y de medio (1/2) Kg por
semana en forma constante hasta el final del embarazo.
Esto tiene una razón de ser, y la podemos
explicar. Si tenemos en cuenta las 3 etapas que
se suceden a lo largo del embarazo:
-
1er.
Etapa: Abarca desde la implantación
aproximadamente dos semanas después de
la concepción. En este momento el óvulo
ya fecundado se implanta en la pared del útero
y empieza a desarrollarse la placenta.
-
2da.
Etapa: Es el período de formación
y desarrollo de órganos como corazón,
riñones, pulmones, hígado, esqueleto.
-
3er. Etapa: El
futuro bebé gana peso rápidamente.
Se desarrollan la placenta y las reservas maternas
preparatorias para el parto, puerperio y producción
de leche. En esta etapa es frecuente que las
mamás manifiesten retención de
agua y sal.
A la semana 40 de gestación,
podemos identificar estos componentes del peso:
Niño:
3,5 Kg
Tamaño del
útero: 900-1000 gr
Placenta y Membranas:
650-700 gr
Líquido Amniótico:
800-1000 gr
Aumento de Mamas:
500 gr
Líquido Corporal:
1800 gr
Líquido Intersticial:
1200 gr
¿Qué
sucede si existe sobrepeso previo al embarazo?
En primer lugar, no debes
someterte a regímenes estrictos durante
esta etapa. Puedes alterar el desarrollo normal
de tu futuro hijo, incluso hasta puedes hacer
peligrar su vida.
Lo aconsejado es que tanto el sobrepeso como la
obesidad se traten antes o después del
embarazo.
¿Qué
sucede con las proteínas?
Recordemos que las proteínas son principios
nutritivos con una relevante función "Plástica",
es decir, formar nuevos órganos, reparar
tejidos entre tantas otras. Por lo tanto, como
te imaginarás su requerimiento también
está incrementado en este período.
Durante los últimos 6 meses del embarazo,
se depositan aproximadamente 950 gr de proteínas.
Para compensar esta demanda serán suficientes
la adición de 10 gr de proteínas,
preferentemente de origen animal, a la ingesta
diaria habitual de la madre.
¿Qué
ocurre con el calcio?
La eficiencia de la obsorción de minerales
como calcio y hierro aumenta
durante embarazo, pero las demandas del feto y
otros tejidos en desarrollo necesitan incrementos
en la dieta hacia el segundo y tercer trimestre
fundamentalmente.
El requerimiento de calcio adicional durante este
período es de aproximadamente 30 gr, lo
cual coincide con la cantidad de calcio presente
en el feto a término.
Algo de calcio y de fósforo se depositan al inicio pero la mayoría
de estos minerales se incorporan en el último
trimestre. La calcificación de los huesos
se verifica durante los últimos dos meses,
captando el feto alrededor de 300 mg/día
en este período.
El primer conjunto de dientes se comienza a formar
en la octava semana de vida pre-natal y están
bien formados al final del embarazo. Lo mismo
ocurre con los molares de los seis años,
que son los primeros dientes permanentes que brotan,
éstos comienzan a calcificarse antes del
nacimiento.
Como verás, es de gran importancia para
tu niño disponer de calcio. Y a diferencia
del hierro, los depósitos de calcio de
la madre serán utilizados para cubrir las
demandas del niño, éstos representan
el 25% de las reservas maternas.
El aumento de calcio en la ingesta diaria, debe
hacerse desde el comienzo del embarazo conjuntamente
con la del fósforo. Si consumes lácteos
y sus derivados fácilmente cubrirás
la ingesta adecuada de calcio.
La leche de vaca es un alimento muy importante
que contribuye no solo con el aporte de calcio
sino de proteínas, carbohidratos, vitaminas,
minerales y lípidos (grasas).
Aproximadamente un litro de leche de vaca entera,
fluída suministra el 100% de requerimiento
de calcio, vitamina D y casi el 50% del aporte
de proteínas que una embarazada necesita.
Vitamina D:
a través de la placenta materna ésta
puede alcanzar al bebé. Existen numerosos
estudios que coinciden en que la deficiencia de
esta vitamina en la madre puede ser transmitida
al niño.
¿Qué
sucede con el hierro?
Durante el embarazo la madre usará y absorverá
entre 700 y 1000 mg. De este total, 240mg son
proporcionados por la supresión del flujo
menstrual y el resto se deberá ingerir
con la ingesta alimentaria. Los requerimientos
de hierro se encuentran marcadamente aumentados
durante el embarazo. Esto se debe a que aumentan
el volumen de glóbulos rojos de la madre
y a que parte del hierro de la madre es transferido
al feto y disminuyen las reservas.
Te recordamos que los glóbulos rojos llevan
el oxígeno entre otras cosas desde el pulmón
hasta los distintos órganos entre ellos
a los del bebé.
De la dieta habitual sólo se absorve el
10%, y sólo en circunstancias en que existe
un déficit real la absorción aumenta
a un 20%.
En relación a esto el Comité de
Nutrición Materna de la Nacional Research
Council de 1989, recomienda el suplemento de hierro
en forma de sales ferrosas, en este período
debido a que las dietas habituales raramente alcanzan
a cubrir las demandas.
Esta situación se agrava si la madre previo
a su embarazo padecía anemia, pérdidas
menstruales importantes o si su embarazo es múltiple.
Vitamina
C
Esta vitamina está contenida principalmente
en los cítricos (naranja, pomelo, mandarina),
favorece la absorción del hierro. Por esto
es tan importante el consumo de frutas en las
comidas.
Alimentos ricos en
HIERRO |
CALCIO |
VITAMINA
C |
VITAMINA
A |
ACIDO FOLICO |
Hígado
Carne vacuna
Cordero
Ternera
Pollo
Yema de huevo
Lentejas
Legumbres secas |
Leche y derivados (quesos,
yogurt, helados) |
Ají y morrón
Berro
Frutilla
Kiwi
Naranja
Marandina
Pomelo
Pescado |
Hígado
Espinaca
Vegetales
Naranja
Zapallo
Zanahoria
Manteca
|
Hígado
Espinaca
Almendras
Jugo de naranja |
Como hemos visto es muy importante
la ingestión de alimentos que contengan
abundante cantidad de hierro y así como
existen alimentos que favorecen la absorción
de este mineral (vitamina C); existen otros que
por el contrario dificultan su absorción,
debido al contenido elevado de ácido fítico.
Ellos son: las legumbres en general (lentejas,
garbanzos, porotos, soja), y ácido tánico
del té, entre otros. Pero no te olvides
que por otra parte las legumbres tienen otros
valores nutricionales convenientes. La solución
es variar la dieta alternando comidas que las
contengan y otras que las evitan.
La diferencia de ácido fólico es
muy habitual. El principal motivo es que su requerimiento
aumenta en este período. El organismo no
ingiere todo el folato ingerido, por este motivo
es que se recomienda una ingesta diaria de 800
mcg.
Con una dieta adecuada esto estará cubierto,
y si además tienes la precaución
de no utilizar como método de cocción
el hervido o de utilizar conservas, ya que éstos
se destruyen fácilmente.
No
debes olvidar
Si bien las verduras y frutas frescas aportan
escasas calorías, su valor alimenticio
está dado por su contenido de vitaminas
y minerales.
El calor de la cocción destruye muchas
de las vitaminas.
Los dulces aportan calorías en exceso y
perjudican la dentición, que durante el
embarazo son muy proclives a las caries.
Las grasas mejor digeribles son las que debes
seleccionar durante tu embarazo. Debes preferir
los aceites de oliva extra virgen puros, y utilizarlos
como condimento de las preparaciones junto con
las margarinas de mesa.
Los alimentos muy salados como fiambres embutidos
y conservas en latas deberán ser consumidos
con suma moderación y en caso que exista
hipertensión y/o edemas debes evitarlos
totalmente.
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