Cómo acomodo a mi bebé? Como lo agarro?


El bebé necesita posiciones diferentes para cada actividad que desarrollen, como jugar, dormir, mirar alrededor.

Siempre que vemos a un chiquito durmiendo boca arriba, con las piernitas y los brazos abiertos, nos embarga una hermosa sensación de tranquilidad y ternura; pero no sólo representa placidez, sino que  también es una posición recomendada  por los pediatras en todo el mundo, que ha evitado muchas muertes de bebés.
Antes era usual acostar a los chiquitos boca abajo, porque se creía que eliminaba mejor los gases y si el bebé vomitaba, la postura evitaría que se  ahogue; este procedimiento se dejó de recomendar desde que se sospecha que es una causante del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL), ya que ponerlo a dormir boca abajo podría aumentar el riesgo de asfixia; por lo menos, durante las horas de sueño del bebé.

Nuevas investigaciones determinaron que diversas anomalías en una parte del cerebro que regula la respiración, el ritmo cardíaco y el despertar pueden ser factores desencadenantes para  el SMSL. Siete de cada 10.000 bebés fallecen por año debido a este síndrome; y este promedio se redujo a más del 50% a partir de colocar a los chiquitos a dormir boca arriba.

Pero también se debe seguir otras normas importantes para evitar este síndrome:

  • En el caso que tenga reflujo, se debe elevar unos 45 grados el colchoncito.
  • No colocar juguetes dentro de la cuna, y tampoco almohadas: su uso está desaconsejado.
  • El colchón no debe ser blando o muy mullido, si no más bien firme.
  • Algo muy importante es no abrigarlo excesivamente: evitar colocarle mucha ropa y que la temperatura del cuarto esté muy elevada.
  • Tomar alcohol o fumar durante la gestación y la lactancia es muy peligroso para la salud del chiquito.
  • No permitir que se fume dentro del cuarto del bebito, procurar mantener limpio el ambiente; y se debe preparar el cuarto con varios días de anticipación a la llegada del bebé, sobre todo en el caso de que se deba pintar.

Dificultades
El hecho de mantener boca arriba al bebé por varias horas al día, generó un aumento significativo de casos de plagiocefalia, una alteración en la forma del cráneo, o de un lado del rostro, debido a la presión permanente sobre el mismo lado. La cabecita todavía permanece blanda y con suturas abiertas, por lo tanto si permanece mucho tiempo apoyada sobre el cochecito o el colchón de la cuna, progresivamente se deforma y aplana, por lo general en la parte superior de la nuca.
Por lo tanto, la postura no debe ser constantemente boca arriba ni permanecer sobre un punto fijo de la cabeza; de vez en cuando se deben realizar cambios posturales, combinando el giro de izquierda a derecha y viceversa. En el resto del día, cuando el chiquito esté despierto, se debe cambiarlo de posición, se puede ubicarlo boca abajo y levantarlo en brazos.

La postura boca abajo tiene sus ventajas: previene la deformación del cráneo y es muy provechoso para el desarrollo del chiquito. Ubicarlo con la pancita sobre el colchón  de a ratos en el día contribuirá a lograr buena extensión de la columna vertebral. También ayuda a que el bebé adquiera el  tono muscular necesario para sujetar la cabeza, y más tarde poder gatear o darse vuelta solito.
Este ejercicio permanente, a medida que crezca, le brindará fortaleza y buena coordinación en la musculatura superior del cuerpo. Pero además de eso, esta postura le otorga un nuevo panorama de lo que le rodea. Claro, debe estar bien despierto y vigilado permanentemente.

Otra cosa para estar atentos: siempre es más favorable colocarlo de costado luego de tomar el pecho, sobre todo en los primeros meses de vida, ya que el esfuerzo por mantener sostenida su cabecita podría generarle vómitos.

De a poco, acostumbrarlo
El movimiento “bamboleante” de la cabecita puede incomodarlo mucho e incluso provocarle el llanto, hasta que toma fuerza en el cuello. Por lo tanto, sobre todo durante las primeras semanas de vida, lo mejor es ir variando: varias veces al día, por espacio de 5 minutos, debemos levantarlo en brazos, mirando sobre el hombro de alguno de los dos papás; así, se sentirá protegido y al mismo tiempo pondrá a trabajar la musculatura de su cuellito, con su cabeza girando de un lado a otro.
Para esta edad hay otra posición muy buena: se coloca al bebé encima del pecho, para que mire a la cara del papá o la mamá. Es una ejercitación muy buena que también contribuye a enriquecer el lazo emocional.

Partiendo de los cuatro a seis meses, sobre todo si el chiquito está acostumbrado, estará dispuesto a permanecer boca abajo durante más tiempo. A esta altura ya posee habilidad para jugar en esa posición, darse vuelta y también soportar su peso apoyando las manitos, una ejercitación que le ayudará a estirar y abrir la musculatura de ellas para tomar objetos.

Jugar, como un ejercicio
Les proponemos unos ejercicios para realizar varias veces en el día, por períodos cortos de tiempo y siempre bajo la vigilancia de los papás, en el momento en que el chiquito esté despierto.
Los momentos más adecuados son mientras se le cambia el pañal, antes de tomar la teta y después de bañarlo. En el comienzo es suficiente colocarlo boca abajo un ratito, todo lo que soporte el bebé; cuando empieza a protestar y verse a disgusto, lo dejamos.

  1. Para estimular que mantenga erguida la cabecita y nos mire, lo ponemos al nivel de nuestra vista y le cantamos, hacemos muecas y gestos, con lo que logramos llamar su atención.
  2. Desde el quinto mes, lo ubicamos frente a un espejo: su reflejo realmente lo sorprenderá y logrará que mantenga su cabeza levantada más tiempo.
  3. Cuando ya tomó control de su postura, y con el sostén de los codos, se le puede ofrecer juguetes y sonajeros; así vá a descubrir que esa posición es  divertida y tiene más libertad.
  4. A los siete u ocho meses, cuando pueda sostenerse sin problemas sobre la pancita y las manos, le mostramos juguetes, moviéndolos de izquierda a derecha, para que tenga que girar hacia los dos lados para agarrarlos.
  5. Al momento de dormir, siempre colocarlo pancita para arriba. Cuando permanece despierto, es mejor colocarlo unos ratitos hacia abajo.

Si aún es muy pequeño y no sabe mover su cabecita sin ayuda tenemos que hacerlo nosotros cada tanto.

Prevenir o corregir la plagiocefalia
Cambiar de posición la cabecita del bebé de manera constante y desde que nace es altamente efectivo y previene la plagiocefalia. Si se siguen correctamente las recomendaciones del pediatra no suelen ser necesarias las cirugías; sólo están ordenadas por  deformidades craneales originadas por craneoestenosis, que es el cierre prematuro de las suturas del cráneo, o por casos de plagiocefalia  posicional muy graves.
En caso de que los ejercicios no resultaron suficientes, puede ocurrir que el bebé prefiera la postura de apoyarse sobre un lado debido a contracturas en los músculos de su cuello. La rehabilitación en este caso es hacerle ejercicios de estiramiento del cuellito, bajo enseñanza y supervisión del pediatra, traumatólogo o kinesiólogo especializado en niños.

 

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