Corazòn sano, niño sano


Las enfermedades del corazón son la tercera causa de muerte en los chicos menores de 15 años.
Afortunadamente, muchos de estos padecimientos se pueden prevenir con una alimentación balanceada y ejercicio.

Los especialistas afirman que la herencia contribuye mucho a este tipo de problemas en nuestros hijos; sin embargo, se ha podido detectar que un estilo de vida poco saludable (mala alimentación y falta de ejercicio) es el responsable de un incremento en los problemas cardiovasculares durante la infancia.
En las últimas dos décadas, se han determinado varios factores de riesgo que aceleran el proceso de ateroesclerosis en el adulto. También, existen datos que demuestran que este problema se inicia en la infancia y se desarrolla en forma silenciosa por décadas antes de que ocurra un infarto al miocardio o aparezcan enfermedades cerebrovasculares». Estos factores de riesgo pueden ser dos fundamentalmente: una alimentación poco balanceada, rica en grasas, y poca o nula actividad física que, a la larga, provoca problemas de sobrepeso y obesidad, circunstancia que incrementa el riesgo de producir cambios nocivos en las arterias.

¿Chicos gorditos, chicos sanos?

Lo peor de la obesidad no es que a nuestros pequeños no les quede bien la ropa de moda, sino que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, entre ellas hipertensión arterial, diabetes tipo 2 y lesiones ateroescleróticas.
Estos problemas –obesidad y enfermedades del corazón– están ligadas de manera íntima con la disminución de la actividad física. El sedentarismo, con frecuencia asociado a tiempos prolongados frente al televisor, consola de juegos o computadora, conlleva una disminución de gasto energético.  Hoy, los chicos pasan más tiempo frente a la tele, las computadora y los videojuegos que haciendo tareas deportes.
Por esta razón, es necesario promover actividades físicas diarias, como caminar, andar en bicicleta y usar más los gimnasios de las escuelas o clubes, y limitar la exposición a la TV y los videojuegos; «hay que promover el juego en equipo y el ejercicio escolar a un mínimo de media hora al día, en chicos mayores de dos años, además de las actividades familiares recreativas».
También es conveniente suprimir las comidas ricas en grasas saturadas, las porciones muy grandes (más no es mejor: las porciones deben ser acordes a la edad y el peso del chico) y los menús altos en calorías y bajos en micronutrientes–vitaminas y minerales–). Atender estos puntos evitará serios problemas de salud en nuestros pequeños.

 

Crecer Juntos® acompaña a los papás y las mamás en la compleja tarea de ser padres, sin pretender bajo ningún concepto reemplazar la figura del pediatra o médico de la familia.