Ya desde el primer día tendrás
que ocuparte de la higiene del cordón.
Esta es muy importante para evitar que se
infecte. Cada vez que lo cambies, lo limpiarás
con una gasa embebida en alcohol
fino.
Hazlo desde la base hasta
la ligadura. La presión será lo
suficientemente intensa como para producir un
efecto de arrastre.
Después de 6 a 10 días el cordón se
secará y caerá, pudiendo presentar
un pequeño sangrado por uno o dos días.
Conviene que sigas aplicando algunas gotas de
alcohol dos o tres veces al día cuando
lo cambies.
Recuerda que no es conveniente
la utilización de polvos cicatrizantes,
pueden producir reacciones cutáneas no
deseadas.
Si el cordón tiene
feo olor o toma color rojo en la base de implantación,
no dudes en consultar al pediatra, quien te indicará
el tratamiento más adecuado.
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