Otitis: cuidado de los oídos


En verano, la principal causa de otitis es el agua.


Aunque el mar y la pileta parezcan muy limpios, contienen gérmenes que pueden afectarlos.
Para prevenir hay que tomar ciertas precauciones.

Los síntomas de la otitis son escozor o dolor leve, que aumenta al manipular la oreja, tragar o masticar. Se nota el oído húmedo y aparecen unas secreciones seropurulentas que apenas huelen. Si el proceso se prolonga, es posible que el chico oiga un poco mal. Pero no hay fiebre y el estado general es bueno. Hay que consultar al pediatra y suspender los baños hasta curarse.

  • Evitar las inmersiones bruscas en agua fría.
  • No permanecer mucho tiempo dentro del agua. Es mejor que se bañen muchas veces y permanezcan poco rato.
  • Nunca hay que meter nada en el conducto auditivo para limpiarlo. Si el chico siente que le entró agua y no sale, puede servir tirar del pabellón de la oreja hacia abajo con la cabeza inclinada hacia ese lado.
  • Si el chico practica natación, puede hacerse una profilaxis instalando en el oído unas gotas de alcohol boricado diluído, siempre bajo el consejo del médico.
  • Si tiene los oídos sanos, nadar, bucear o bañarse con moderación no lo enfermará. El propio organismo tiene defensas para evitar la proliferación de gérmenes en su interior y el cerumen barre las partículas extrañas que lo invaden.
  • Si padece otitis crónica, le supura el oído o tiene colocados unos tubitos de drenaje, aunque suponga un gran sacrificio, no debe bañarse.
  • Los tapones comerciales sólo son una solución si el chico no se los saca y soporta las molestias que suponen, como no oír bien.
 

Crecer Juntos® acompaña a los papás y las mamás en la compleja tarea de ser padres, sin pretender bajo ningún concepto reemplazar la figura del pediatra o médico de la familia.