Es frecuente escuchar a los hijos quejarse de dolores de piernas. En algunas ocasiones es tan solo como consecuencia de un golpe pero en otras la causa puede ser tan grave como una alteración de la cabeza femoral que demandará que el niño no pueda apoyar su pierna por dos o tres años.
La enfermedad a la que se hace referencia, tiene un nombre más complejo pero que señala concretamente que es lo que esta pasando, esto es una necrosis aséptica de la cabeza femoral o enfermedad Legg-Calvé-Perthes. Esta es una alteración de la cabeza del fémur de causa desconocida y la padecen niños de cuatro a doce años. Es raro que comprometa las dos caderas.
La enfermedad ocasiona que la cabeza femoral (porción más proximal del hueso de la pierna que esta en contacto con la cadera y que permite junto con esta los movimientos de la pierna) sufra, a causa de la necrosis, una degeneración, destrucción y deformación de su anatomía con lo que se pierde la correspondencia entre esta y la cavidad que la contiene. Esto lleva a que el niño progresivamente no pueda apoyar la pierna cuando camina, lo que le ocasiona la típica claudicación en la marcha. Se llama también aséptica porque no hay una infección causante del mal.
Evolución y tratamiento
La enfermedad evoluciona en tres periodos. Cada uno de ellos puede durar entre seis meses y un año, esto es lo que determina el tiempo tan prolongado que se debe esperar para volver a apoyar la pierna, o sea permitirle al hueso que soporte el peso del cuerpo.
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Primer periodo: necrosis aséptica de la cabeza femoral. Durante las primeras semanas no hay signos radiológicos claros. A partir de dos o tres semanas se puede observar en la radiografía una rarefacción y opacidad del hueso. En estos primeros momentos de duda la resonancia magnética ayuda significativamente en el diagnóstico.
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Segundo periodo: se caracteriza por una revascularización de la cabeza femoral.
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Tercer periodo: se produce una reosificación progresiva y en los estudios radiográficos se puede observar la neoformación de la cabeza femoral.
Estos son los motivos por los que el único tratamiento es el de evitar una sobre carga de peso en un hueso que ha perdido su estructura normal o anatómica y para que pueda volver a formarse necesita tiempo, mucho tiempo, pero nunca tan largo como para no poder esperarlo sabiendo que de esto depende una adecuada curación.
Es interesante señalar la importancia que hay que tenerle a síntomas tan simples como a un dolor de pierna, de rodilla y mas aun si el niño cojea o tiene una marcha claudicante (camina y la pierna parece que pierde la fuerza).
Todo esto toma mayor relevancia cuando se trata de un niño muy inquieto o que está jugando a la pelota todo el día o es un gran deportista, ya que en ellos es cuando se hace mas tarde el diagnóstico ya que se tiende a minimizar el síntoma: “Es solo un golpe”, " ya se le va a pasar" ... "no ves que sigue jugando” “con un analgésico se curara"...
Puede que sea un simple traumatismo o que éste derive en una sinovitis de cadera, (cuadro inflamatorio que presenta todos los mismos síntomas que una necrosis aséptica, pero por ser traumático con dos o tres días de reposo se soluciona), pero puede que se trate de una enfermedad de Perthes.
Por este motivo es que ante un síntoma que no cede en 48 a 72 hs. hay que consultar con el pediatra.
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