fertilidad
 

Estudios de fertilidad


Alrededor del 15% de las parejas tienen dificultades para el logro del embarazo. Se define como esterilidad, la imposibilidad de obtener el embarazo luego de un año de búsqueda del mismo.


Toda pareja que no logra un embarazo en los primeros meses de búsqueda, comienza a plantearse la existencia de un problema.
Lo que recomiendo es que la pareja consulte directamente a un especialista en reproducción humana que va a encarar los estudios básicos en forma completa y rápida, aumentando de ésta manera las chances de embarazo.

¿Qué averiguamos mediante estos estudios?
En la actualidad en uno o dos meses se debe llegar a conocer la causa de la infertilidad y al conocer la etiología se puede plantear un plan de tratamiento para lograr el embarazo lo mas rápido posible. Los estudios son relativamente simples y consisten en averiguar:
  • Si el hombre tiene un semen de características normales a través de la realización de un espermograma
  • Si luego de la relacion sexual hay una llegada normal de espermatozoides al útero
  • Si la mujer ovula normalmente a traves de análisis de hormonas, control de la temperatura y realización de ecografías transvaginales
  • Si el útero y las trompas de falopio son normales a traves de una radiografía llamada histerosalpingografía. En el caso de no encontrar la etiología, se debe realizar un estudio mas complejo denominado laparoscopía, que consiste en la observación de los genitales internos a traves de un instrumento óptico.

Para poder llegar a un diagnóstico rápido, se debe comenzar con una completa historia clínica, en la que se registrarán todos aquellos antecedentes que puedan estar relacionados con la dificultad para lograr un embarazo. Se hará hincapié en las enfermedades transmitidas sexualmente, intervenciónes quirurgicas, enfermedades crónicas, métodos anticonceptivos, abortos, ingesta de medicamentos, alcohol, drogas o tabaco, etc.

Se debe estudiar al marido en forma simultánea con la mujer, ya que los problemas masculinos en las parejas representan el 50% de los casos. Para ello se solicita un espermograma completo, que no puede ser realizado en cualquier laboratorio sino en unos pocos lugares especializados en el tema. Este estudio va a evaluar la cantidad y calidad de los espermatozoides asi como también su movilidad y capacidad de fertilizar un óvulo.

El estudio femenino básico consiste en evaluar la ovulación, la cavidad uterina y las trompas de falopio. En cuanto a la ovulación, muchas mujeres no ovulan regularmente o presentan una ovulación de mala calidad. Esta se estudia mediante la temperatura basal, la ecografía transvaginal, y un estudio hormonal llamado progesterona sérica. El útero y las trompas se estudian realizando una radiografía llamada histerosalpingografía que permite evaluar el camino que deben realizar los espermatozoides y el óvulo hasta su encuentro. También es importante la realización de una ecografía ginecológica para descartar miomas uterinos que pueden alterar la implantación o producir abortos, y estudios de compatibilidad entre los espermatozoides y el moco cervical ya que éstos deben nadar y atravezar el moco en su ascenso hacia el óvulo y aveces existe rechazo.

Una vez realizados estos estudios básicos, se llega en un 80% de los casos al diagnóstico, quedando un pequeño grupo de parejas en las que se deben realizar estudios más complejos como la laparoscopía (que es una pequeña intervención en la que se coloca una óptica a traves del ombligo para visualizar ovarios, trompas, y utero y en la mayoría de los casos solucionar las alteraciones encontradas), o estudios inmunológicos, genéticos, o infectológicos.

Como se observa, realizando los estudios básicos completos, en apenas 2 meses, prácticamente hacemos el diagnóstico de cual es el problema de la esterilidad, y de ésta manera comenzaremos el tratamiento adecuado en forma rápida y sobre bases fírmes, teniendo entonces mejores posibilidades de lograr un embarazo.

 

Crecer Juntos® acompaña a los papás y las mamás en la compleja tarea de ser padres, sin pretender bajo ningún concepto reemplazar la figura del pediatra o médico de la familia.