Herpes Simple


Hay deferentes tipos de herpes y no todos son iguales, ni dan los mismos síntomas y signos.

El virus herpes se activa cuando bajan las defensas en los chicos, adolescentes y también en los adultos. Esta situación puede estar facilitada por mala alimentación por estrés emocional o por alguna enfermedad que produce compromiso de la inmunidad.

Los niños después de haber pasado la varicela (infección por herpes ) o una gingivoestomatitis o una herpangina,   (infección de la boca producida por el herpes simple) el virus  que la ha producido se queda dormido en el organismo. Más adelante, en algunos casos, cuando el chico tiene una bajada de defensas (por cansancio, por tomar demasiado el sol, por estrés) el virus se despierta y ataca la piel. Hay que consultar con el médico cuando aparece por primera vez, si el pequeño es menor de un año y si la lesión tiene una secreción purulenta.

Antes de salir a la calle conviene aplicar una crema solar sobre el herpes para evitar que quede mancha.

Se ubica por lo general en los labios, boca y nariz pero puede desarrollar en las mejillas. 
Se presenta como vesículas pequeñas de contenido claro que aparecen sobre un área enrojecida. A los dos o tres días se secan y sale una costra.
Producen mucho dolor, picazón y quemazón local.

Desaparece entre los siete y los diez días sin dejar cicatrices.
Hay que lavar la zona  con suero fisiológico, aplicar cremas específicas o lociones que recomiende el pediatra. El dolor se puede aliviar con hielo envuelto en un paño.
Otras medidas son: no llevar al chico a la colonia o jardín durante unos días y evitar que se toquetee la lesión para evitar que se infecten.

La lesión puede volver y repetirse muchas veces a lo largo de toda la infancia y en la adolescencia, sobre todo cuando bajan las defensas.

Se contagia por contacto directo con el enfermo o a través de objetos (vajilla, babero, etc.) contaminados por él por suerte es de baja contagiosidad.

 

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