Durante el embarazo este interrogante te habrá
surgido una y otra vez, sin saber cuál
va a ser la respuesta final.
Es por este motivo
que creemos que es sumamente importante que
puedas pensar en libertad y elegir lo que
te permita.......estar más segura,
para poder de esta forma establecer el mejor vínculo
afectivo con tu hijo.
Esta decisión se irá
construyendo con el apoyo y la opinión
de tus amigas, de tus hermanas, de las charlas
que tengas con tu marido y también con
tu propia experiencia previa, como hija y como
madre si ya tienes otros hijos.
Esta decisión no debe ser tomada bajo la
presión o el dogma que muchos profesionales
y la sociedad actual imponen, sin tener en cuenta
cuáles son las verdaderas posibilidades
de cada madre de dar el pecho. Esto genera en
muchas oportunidades sentimientos de culpa que
llevan a una mala alimentación y a un mal
vínculo afectivo con el bebé.
Para el bebé es fundamental
el contacto físico con su madre. Este no
sólo se establece mientras lo amamantas,
sino también cuando lo bañas, lo
acunas o lo sostienes en brazos. “Es mejor
darle una mamadera
tranquila y relajada, que el pecho tensa y preocupada”.
Tampoco te rindas fácilmente.
Antes de optar por la alimentación externa,
intenta dar el pecho
(si es que no hay contraindicaciones médicas).
Aunque sólo logres eso -el intento-, te
sentirás reconfortada. No te frustres si
no puedes hacerlo. No basta dar el pecho para
ser una buena madre.
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