¿Cuantas
veces te sentiste cansado o mentalmente agotada/o? Corres durante todo el día
pagando cuentas, ocupándote de los chicos,
de la casa y coordinando con la agenda de toda
la familia.
Entre todas esas actividades que se repiten día
a día es necesario abrir tiempos para recuperarse
mental, física y emocionalmente. Es vital
para la salud de cualquier persona encontrar momentos
de tranquilidad. La experiencia de lograr relajarse
en medio de un día turbulento es una buena
forma de recargar las baterías para seguir
adelante.
Nuestros hijos también
necesitan una oportunidad similar para poder recuperarse.
Los bebés, durante todo el día,
toman y procesan muchísima información.
Su mente está constantemente recibiendo
e intentando elaborar los estímulos que
reciben. Al igual que los padres, el bebé
también necesita recesos. Existen formas
sencillas de asegurarse que su bebé tenga
una mejor predisposición para enfrentar
el día.
Una de estas formas es prestar atención
al nivel de estimulación que experimenta
su niño. Esto se puede hacer a través
de un leve seguimiento en el tiempo que pasa su
niño expuesto a situaciones de alta estimulación.
El contacto con los otros, las salidas
al aire libre, las salidas sociales, son todos
aspectos importantes para la vida de nuestros
hijos. Todos estos eventos crean oportunidades
para aprender nuevas habilidades. Pero así
como necesitan vivir las oportunidades también
necesitan procesar sus aventuras.
Si mantenes una rutina constante,
sería interesante buscar la posibilidad
de incorporar momentos de silencio y tranquilidad.
Dependiendo de las posibilidades
de cada uno es importante determinar algún
día o alguna tarde de la semana para que
su hijo experimente momentos de relajación,
planeados intencionalmente, aparte de su siesta
habitual.
Compartir esos momentos de tranquilidad con su
bebé, aprovechándolos para leer
o escuchar música suave, resulta una experiencia
reparadora para ambos.
También puede ser conveniente anticiparse
a ciertas situaciones. Si sabes que vas a tener,
por ejemplo, un fin de semana movido, prepárense,
tanto vos como tu bebé, desde el día
anterior.
Intentá pasar un día
tranquilo en tu casa, sin mucho movimiento ni
ruidos fuertes. Así, entregaras a tu bebé
la posibilidad de estar mentalmente fresco, predisponiéndolo
a tener una buena actitud para enfrentar el fin
de semana movido.
Si surge algo de último momento, una reunión
en tu casa o en otro lado, intentá generarle
previamente un ambiente cálido y distendido.
Puede ser poniendo música suave de relajación
mientras él juega con alguno de sus juguetes
preferidos. Entregándole un solo objeto
para jugar, y apoyando la actividad del juego
con un ambiente sereno para que se relaje, no
solo lo ayudas a enfrentar con mejor predisposición
lo que viene, sino que simultáneamente
te queda tiempo para organizarte.
Cuando te tengas que enfrentar
con algún día muy tedioso, es preferible
que arregles con alguien de tu confianza para
que se quede con tu bebé. Es muy común
sentirse culposo y vivir como egoísta esta
actitud, sin embargo es saludable tener el deseo
y la necesidad de salir sin él. Tu bebé
también recibirá los beneficios
de esta situación. Es sano que registre
que la madre desea algo más allá
de él. De esta forma le darás la
oportunidad de crecer hacia una vida propia.
Cuando los chicos crecen en
un ambiente donde se estimula un equilibrio saludable
en las rutinas cotidianas, la espontaneidad y
periodos de recuperación y relajación,
estarán mucho más preparados para
desenvolverse en lo que les toque vivir.
Aprender a reconocer la necesidad
de descanso es un acierto en la maduración
de nuestros chicos. |