Este virus compromete preferentemente a menores
de cinco años; la mayor incidencia
es entre los dos y los tres años.
Se
calcula que en la Argentina se han producido
cerca de 20.000 internaciones en los últimos
años a causa de este virus, mientras
que en países como Asia y África,
el 90 por ciento de la población infantil
ha enfermado por lo menos una vez de gastroenteritis
por rotavirus. Esto muestra la alta contagiosidad
del virus. Además este virus se disemina
muy fácilmente independientemente de la
condición socioeconómica de las
personas, es decir que cualquier niño puede
contagiarse.
En Argentina, a consecuencia
de la diarrea infantil, 1 de cada 2 niños
debe realizar una consulta médica y 65
lactantes deben ser hospitalizados por día
a causa de la diarrea por rotavirus.
El índice de infección y
mortalidad por esta condición es altísimo,
en países como el nuestro se estima que
todos los niños tendrán infecciones
por rotavirus antes de que cumplan los 5 años
de edad y aproximadamente uno de cada 250 niños
morirá por esta razón. En Argentina
se estima que se internan cerca de 20.000 niños
por año a consecuencia de la infección
con este virus y un niño muere cada 3 días
a causa de la enfermedad.
Los
síntomas
Este virus produce una infección
intestinal, origen de la diarrea severa en los
niños. Vómitos explosivos y deposiciones
a repetición, hasta 20 por día,
con fiebre
y dolores
abdominales. El
gran peligro es la deshidratación que conlleva
a una importante morbi-mortalidad en el lactante.
Los niños que no reciben tratamiento de
hidratación oral, porque no la toleran
(por vómitos) deberán ser internados
y, en algunos casos más graves, recibir
hidratación por vía endovenosa.
Formas
de contagio
El rotavirus se contagia, básicamente,
por vía fecal-oral: partículas mínimas
bastan para causar la infección ya que
se adapta muy bien al medio ambiente y puede sobrevivir
durante varias horas en las manos, durante días
en superficies sólidas como mesadas,
pasamanos, utensilios, etc.
La persona que padece la enfermedad mantiene su
poder infeccioso en la materia fecal durante una
semana. El período de incubación
dura de 1 a 3 días.
Se puede contagiar de estas maneras:
Prevención
Para prevenir el contagio
hay que tomar medidas de cuidado e higiene ambiental
que incluyan todos los utensilios y también
los alimentos. Esta es la base fundamental para
evitar que los chicos contraigan la enfermedad.
Deshidratación
Cuando un niño o un lactante contrae la
enfermedad, la única medida para prevenir
las internaciones por la diarrea que produce este
virus, es la adecuada rehidratación.
Entre los líquidos recomendados para rehidratar
se encuentran la leche materna y las sales de
hidratación oral. Si no hay seguridad de
que el agua sea potable, es preciso hervirla o
potabilizarla con dos gotas de lavandina por cada
litro de agua. Algunas personas piensan que beber
líquidos puede empeorar la diarrea. Tal
recomendación es errónea. Un niño
que padezca diarrea debe recibir líquidos
con la mayor frecuencia posible hasta que esta
se detenga. Beber grandes cantidades de líquidos
ayuda a sustituir los fluidos perdidos. Importante:
si la diarrea persiste, se debe concurrir con
el niño al médico u al hospital.
(Fuente Unicef).
Por otra parte, los niños
con vómitos explosivos y diarrea sufren
una pérdida de peso que puede provocarle
una rápida desnutrición. Por lo
tanto, una alimentación adecuada, junto
a la hidratación, es fundamental para que
el niño se recupere.
Para una plena recuperación
es esencial que el niño siga recibiendo
una alimentación adicional después
de que cese la diarrea o recibir más leche
materna al día, durante dos semanas como
mínimo. Esto le ayudará a recuperar
la energía que ha perdido como consecuencia
de la afección.
No puede considerarse que
el niño esté plenamente recuperado
de la diarrea hasta que no vuelva a pesar como
mínimo lo mismo que pesaba al momento de
contraerla.
Vacuna
La Organización
Mundial de la Salud (OMS) ha declarado como una
necesidad urgente en el ámbito de la salud,
el desarrollo de una vacuna contra el rotavirus.
La Argentina
ya cuenta con la vacuna contra el rotavirus.
Es importante destacar que se trata de una herramienta
de prevención muy importante para el país.
De hecho, también ha sido aprobada en varios
países de la región. Actualmente
México, Chile, Brasil, Perú, Guatemala
y Colombia, entre otros, cuentan con la vacuna,
y Brasil y Panamá la han incluido en sus
calendarios nacionales de inmunización.
Se suministra oralmente, sólo
en dos dosis, es de origen humano con virus vivos
atenuados. Es decir que induce la respuesta de
defensas protectoras sin producir la enfermedad.
Se aplica la primera dosis
a partir de la 6° semana y hasta los 6 meses
de vida, y el intervalo para la segunda dosis
no debe ser menor a un mes.
Como resultado de la vacunación, se evitarán
los cuadros severos de la enfermedad, disminuyéndose
de manera significativa los casos de muerte, la
frecuencia de consultas médicas y hospitalizaciones;
así como el sufrimiento para el niño
y la angustia en el entorno familiar.
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