Como combatir resfríos


Ojalá tuviéramos una receta mágica para que el primer año de la guardería o el Jardín de Infantes no sea un ir y venir de toses, mocos y demás.

La razón es bien simple: a estas edades tocan todo, chupan todo y llenan todo de saliva. Basta con que uno traiga a clase unos poquitos virus para que se multipliquen como los panes y peces.
Por otra parte, su sistema inmunológico es muy inmaduro antes de los dos años, y a muchos les cuesta hacer frente a los numerosos virus a los que deben enfrentarse fuera de casa.

Bien abrigados
Para combatir el frío es mejor usar varias prendas finas que una sola gruesa. Las prendas deben ser holgadas para que pueda moverse con libertad y conseguir que se forme una cámara de aire entre el tejido y la piel.

  • Primera capa: Se recomienda usar camisetas y pantalones largos que permitan la transpiración (algodón) por su eficacia. No es aconsejable la ropa que queda ajustada al cuerpo.
  • Segunda capa: Es conveniente que no sean prendas gruesas. Debemos comprobar si el niño se siente cómodo y que pueda moverse con libertad.
  • Tercera capa: Hay zonas que hay que mantenerlas con el calor suficiente: los pies (con medias de lana y botas de suela gruesa), el cuello, la cabeza, oídos y manos.

Abrigarlo mucho hace mal
Cuando la sudoración se enfría, la piel también, y en consecuencia las defensas bajan. Para que esto no suceda es mejor usar tejidos naturales que los de material sintético porque permiten la transpiración.
Los recién nacidos necesitan estar más abrigados que los chicos más grandes. No hay que caer en el error de abrigarlos más de lo necesario.
Pero, ¿cómo saber si no tienen frío? No hay que fijarse en las manos porque siempre las tiene frías, hay que palpar las piernas, los brazos y el cuello.

Temperatura de la casa
Los virus atacan cuando el organismo está débil, y los cambios bruscos de temperatura y el frío hacen que nos bajen las defensas. Por este motivo es importante abrigarlos bien durante el otoño y el invierno.
La calefacción reseca el ambiente y las mucosas del aparato respiratorio.
Para que haya un poco de humedad en la casa, se puede poner un humidificador, toallas humedecidas o recipientes con agua sobre los radiadores siempre y cuando no sean eléctricos y no estén al alcance de los niños.
A menudo nos olvidamos que es perjudicial pasar calor como frío. La temperatura de la casa durante el día debe oscilar entre 20° y 22°, y durante la noche debe ser de unos 18°.
También hay que ventilar la casa diariamente.
Otras medidas a tomar es que no entren personas enfermas en los cuartos de los chicos ni fumar en ellos.

Bien alimentados
No existe un tipo de alimentación capaz de prevenir las gripes o los resfríos. Pero si los pequeños tienen una buena dieta, van a crecer más sanos. La verduras y las frutas no deben faltar ningún día.
Si el pequeño toma cada día un cítrico (naranja, limón, pomelo) o un kiwi o frutillas, no existiría carencia de vitamina C (contribuye con el sistema de defensa contra las infecciones).
También algunas verduras son ricas en esta vitamina como: tomates, ajíes, repollitos de Bruselas, espinacas, bróculi y repollo.
Deben alimentarse con carnes y pescados, por lo menos tres o cuatro veces a la semana.
Las legumbres y los cereales también entre tres o cuatro veces por semana.
Los huevos pueden ser consumidos entre tres o cuatro veces dentro de siete días, y la leche y sus derivados, todos los días.

Paseos diarios con el bebé
Las criaturas que están la mayoría del tiempo al aire libre se resfrían menos. No es aconsejable sacarlos a pasear cuando tiene fiebre alta o hay niebla, viento o contaminación elevada.

Cuando un chico está enfermo debe quedarse en casa
Primero por él, para que se recupere en condiciones, y después para evitar que contagie a sus compañeros. Hay que tener especial atención a la conjuntivitis y la gastroenteritis porque son muy contagiosas.

Evitar la proliferación de los gérmenes de la gripe y el resfrío

Lavando todos los elementos en contacto con niños (mamadera, plato, vaso, juguetes y pelela) con lavandina, que no deja mal gusto ni residuos luego de enjuagarlos y es más efectivo que el agua caliente y el jabón. Recuerda que la lavandina tiene que ser una de buena calidad, y de máxima pureza, NO la utilices si desconoces su procedencia.

Síntomas alarmantes
Son síntomas que no tienen que ver con el resfrío ni la gripe, y requieren de una consulta médica de inmediato: vómitos, fuertes dolores de cabeza y rigidez de nuca. Tos intensa y dificultad para respirar. Dolor de garganta u oídos. Manchas en la piel, diarrea. Que la criatura no responda a los estímulos, parezca ida o pierda la conciencia. Que la fiebre no disminuya a pesar de haber tomado el medicamento recomendado, o si la fiebre bajó pero el pequeño no parece estar mejor.

 

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