Dolor de oídos


La mayoría de los problemas de oído que tienen los niños se deben a una inflamación o a una infección en el oído medio o externo, o por la obstrucción de la trompa que conecta oído con la garganta.

Las infecciones de oído se deben tomar en serio, ya que pueden ser peligrosas si no se tratan a tiempo.

Existe la posibilidad de que se formen secreciones purulentas detrás del tímpano, y que este sea la causa de una otitis supurada por perforación del tímpano, o que la infección se extienda al hueso situado por detrás llamado mastoides (mastoiditis).

A veces se acumula cera en el oído, dando sensación de taponamiento o sordera parcial. Si el niño tiene mucha cera, sacale lo que este visible con un algodón, pero no introduzcas nada en el oído. Si esto no es suficiente, consulta con tu pediatra que con seguridad te derivará al otorrinolaringólogo.

Infección del oído externo
Es la inflamación o infección de la piel que reviste el conducto auditivo externo (es el que se encuentra entre el pabellón auricular u oreja, y el tímpano). Esto se da con mas frecuencia en los niños que concurren a piletas que contienen mucho cloro o no están bien protegidas sus aguas para evitar que se contaminen. También por el rascado del conducto con algún instrumento que dañe la piel. Los niños con eccema son propensos a tener estas infecciones si se les mete agua en los oídos.

Síntomas

  • Tendrá dolor en uno de los oídos, el cual empeorará cuando se lo toque o se acueste sobre él.
  • Enrojecimiento del conducto auditivo.
  • Flujo del oído.
  • Prurito en el interior del oído.

Llama al médico en caso de que creas que tu hijo tiene una infección de oído externo. Tu pediatra probablemente te recete gotas óticas de antibiótico o antiinflamatorios para contrarrestar la inflamación.
Mientras tanto dale al pequeño la dosis recomendada de ibuprofeno en jarabe para que le alivie el dolor. Asegúrate de que cuando se este bañando no le entre agua en el oído afectado, y lávale el pelo con una esponja. No dejes que nade hasta que no le desaparezca la infección.
Para ponerle las gotas al pequeño, dile que se acueste de costado y que se quede quieto mientras le introduces un algodón embebido en gotas óticas. Haz que se quede en esa posición durante un minuto más o menos. Deberás dejarlo durante una o dos horas y repetir la operación tres o cuatro veces por día.

Infección del oído medio
En una infección del oído medio, la cavidad situada por detrás del tímpano se infecta o inflama, generalmente por desviación de una infección desde la garganta. El conducto que une la garganta y el oído es muy corto y estrecho en los niños, permitiendo de esta manera que sea más fácil la diseminación de infecciones. En caso de que tu hijo sufra de una infección en el oído medio durante sus dos primeros años, es posible que presente otra en el mismo oído cada vez que tenga un resfriado o una infección de garganta.

Síntomas

  • Fuerte dolor de oído que le impide al pequeño dormir.
  • Si no sabe hablar todavía, se dará palmadas en el oído o hará fricción sobre el.
  • Llanto, falta de apetito y signos de enfermedad en los bebés, sobre todo luego de un resfriado.
  • Alta temperatura.
  • Sordera parcial.

Intenta aliviarle el dolor al pequeño, dándole una botella con agua caliente (no hirviendo) recubierta de una toalla y haz que se recueste sobre ella. En caso de que sea un bebé sujeta sobre su oído un paño caliente. Si el dolor es muy fuerte, dale la dosis recomendada de paracetamol en jarabe.
Si notas que tiene supuración, no la limpies ni metas nada dentro del oído, limítate a colocarle encima un pañuelo limpio. Haz que apoye la cabeza sobre el oído que está mal, así de esta manera drena bien el pus.

¿Cómo prevenir la infección?
Si hace frío, y es propenso a los resfriados o las gripes, mantén sus fosas nasales despejadas con gotas o spray de solución fisiológica. Nunca coloques gotas descongestivas. El vapor de agua por la noche también contribuye a evitar que la trompa de ventilación se obstruya dando lugar a una otitis.
Llamar al médico en caso de que el oído del niño esté infectado o supure. El pediatra explorará los oídos y tal vez recete un antibiótico. Si encuentra pus detrás del tímpano te recetará algún fármaco para facilitar en drenaje. Si esto no es suficiente, podría ser necesaria una intervención.

Otitis serosa
Repetidas infecciones en el oído medio o procesos alérgicos pueden dar lugar a una otitis serosa, que es la acumulación de líquido pegajoso en el oído medio. Tras infecciones repetidas del oído medio el niño sentirá sordera parcial.
En caso de que notes que la audición de tu hijo se está deteriorando, llama a tu médico. Él solicitara estudios audiométricos para evaluar cual es la causa.
Cuando la alteración auditiva persiste por acumulo de líquido, esto puede deberse a una causa alérgica o a una disfunción de la trompa que ventila al oído. En estos casos es posible solucionarlo con una operación sencilla.
Bajo anestesia, se perfora el tímpano insertándose un tubo minúsculo (diábolo). El diábolo se implanta en el tímpano para equiparar presiones en ambos lados del mismo y permitir que el oído se vacíe. Este no molesta, ni afecta la audición del pequeño, pero mientras lo tenga no se podrá sumergir en el agua. Después de unos meses, se caerá, la perforación cicatrizará, y la audición volverá a ser normal. En algunas ocasiones se realiza simultáneamente la colocación de diábolos con la cirugía de adenoides.

 

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